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Lo que la vitamina D significa para tu piel

Mar 2022
- Lifeful, Staff

Conocida por su importancia para el metabolismo del calcio y el fósforo. ¿Por qué está relacionada la vitamina D con la salud de nuestra piel?
 

Lo que la vitamina D significa para tu piel

Fotografía de Erik Jacobson

 

Inmediatamente, al hacer referencia a la vitamina D, lo más habitual es que la relacionemos como aquella que nos ayuda a tener el esqueleto sano y en forma. Pero según un estudio publicado en Karger AG, una publicación científica y médica, en los últimos años se han ido descubriendo más beneficios para otros órganos del cuerpo. De hecho, concluyeron que la vitamina D ejerce un efecto pleiotrópico en la piel y podría ser una opción terapéutica importante para la psoriasis y la dermatitis atópica.

La Doctora María Rogel está especializada en dermatología clínica, estética, tricología y láser, y apoya las conclusiones del estudio, adjudicando a la vitamina D numerosas funciones celulares en múltiples órganos y tejidos: “En dermatología aparece como una hormona fundamental. No únicamente porque su síntesis se realiza en la piel, sino porque asegura el correcto funcionamiento de la misma, el mantenimiento de la función barrera”, asegura.  

Cómo obtener vitamina D

Hay dos fuentes principales para nutrir nuestra piel con vitamina D: una es a través de la dieta, y la otra con la exposición a la luz solar. Ojo, es imprescindible que uses protección para solo beneficiarte de lo bueno del sol, y no sufrir sus consecuencias. Si aún no eres muy experto en materia de protección solar, te recomendamos este artículo donde hacemos distinción y manual de uso entre una crema SPF y una FSP.

María Rogel, nos explixa que “al exponer nuestra piel a la luz solar, los fotones de la radiación UVB fotoisomerizan el 7-dehidrocolesterol de la epidermis a precolecalciferol, que rápidamente es convertido por una reacción mediada por calor a colecalficerol o vitamina D3 (su forma activa)”. Según los datos, esta vía representa alrededor del 80-90% del aporte al organismo, mientras que la alimentación aporta alrededor del 10-20%.

El déficit

La vitamina D y su déficit parecen tener mucha relación con la aparición de otras enfermedades dermatológicas como el lupus eritematoso, la ictiosis, la dermatitis atópica, la hidrosadenitis supurativa, el acné o la alopecia areata. 

Hablando con la Doctora Rogel, nos cuenta que aunque el déficit de esta vitamina en nuestro organismo se ha asociado a retraso de crecimiento y raquitismo en niños, y osteomalacia y osteoporosis en adultos, los últimos años han revelado otro tipo de relaciones con otros problemas: “Hoy sabemos que la deficiencia de vitamina D se asocia también con un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, inmunológicas, dermatológicas, metabólicas, depresión, infecciones, infertilidad e incluso cáncer. En dermatología en los últimos años se ha descubierto su implicación en enfermedades como: psoriasis, dermatitis atópica, vitíligo, acné o alopecia areata”, asegura.

El exceso

Como ocurre con la mayor parte de las cosas en la vida, lo ideal es encontrar el punto medio que haga su función a favor del bienestar. La toxicidad por vitamina D puede acarrear riesgos para la salud: “Los síntomas más frecuentes son entre otros: pérdida de peso, anorexia, poliuria y arritmias cardíacas. Además, su exceso aumenta el riesgo de formación de cálculos renales así como la calcificación de vasos sanguíneos y tejidos”, nos cuenta María Rogel.

Tips para obtener vitamina D

Aunque según apunta la doctora, los requerimientos diarios de vitamina D dependen de la edad y son diferentes según la sociedad médica consultada. Además existen personas con mayor susceptibilidad para presentar déficit de vitamina D como personas con obesidad, enfermedades renales o la toma de ciertos fármacos.

Pero como os decíamos unas líneas más arriba, la alimentación conforma un porcentaje a la hora del aporte de Vitamina D para el cuerpo. La Doctora Rogel aconseja “ especialmente el consumo de alimentos de origen animal como pescados azules y la yema de huevo, y ciertos alimentos de origen vegetal como cereales, leche de almendra o borraja”. 

También os adelantábamos que la otra forma de adquirir vitamina D es a través de la exposición solar. “Se recomienda en población caucásica una exposición solar diaria de 15 minutos en cara y brazos entre los meses de marzo y octubre, con factor de protección entre 15 y 30, según la latitud y la intensidad de la radiación. En población anciana y en pacientes con osteoporosis la exposición solar diaria recomendada sería de 30 minutos”, explica Rogel.

 

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