El diseño de los espacios influye en tu estado de ánimo

Gran parte de nuestro día a día lo pasamos en sitios cerrados. Siendo precisos, y según la Encuesta Nacional de Patrones de Actividad Humana (NHAPS) de EEUU, en torno al 90% del tiempo. No os extrañará entonces que os digamos que la configuración del espacio que habitamos está directamente relacionada con nuestro estado de ánimo y, por lo tanto, con nuestro comportamiento. En la casa, en el trabajo, o en nuestro tiempo de ocio, estamos constantemente recibiendo información de espacios interiores, lo que provoca una reacción en nuestro organismo. 

Del sentimiento de seguridad y bienestar en casa hasta ambientes eficientes de trabajo, el diseño del espacio es muy responsable de la forma en la que se comportan las personas que lo habitan. Es por eso que hay que tomarlo como aliado y potenciador de un ambiente placentero. Jugar con los colores, iluminación, materiales y distribución adecuados, puede ayudarnos a conseguir una mayor sensación de bienestar.

Diseño y psicología

La psicología espacial es el campo encargado de estudiar esta relación. Según Dave Alan Kopec -especialista en la materia y profesor de la Nueva Escuela de Arquitectura y Diseño de San Diego- la psicología espacial "es el estudio de las relaciones y comportamientos humanos en relación a su contexto, en entornos construidos y naturales". Los colores, la iluminación, las proporciones, la acústica, y otros muchos elementos, tienen un impacto en nuestro subconsciente, generando una reacción conductual en materia de emociones. 

Según el weblog Archdaily, esta disciplina ocupa un valor fundamental del campo psicológico. Aunque no es la única cuestión involucrada, cómo está diseñado el espacio interior tiene mucha importancia, y es responsabilidad del arquitecto materializar las ideas y herramientas para generar soluciones tangibles a los usuarios.

¿Qué podemos hacer? 

Aunque la distribución de los espacios es importante, también hay otras pequeñas cosas que podemos hacer para mejorar nuestros espacios y que eso repercuta de manera positiva en nuestra percepción. 

Emily Anthes es periodista científica y autora de ‘The great indoors’, un libro que explora la manera en la que el rediseño de los espacios puede ayudarnos a mejorar nuestra calidad de vida. La más importante recomendación de la autora es incluir naturaleza en los interiores. “Si no tienes una vista de un paisaje natural desde tu ventana, puedes incluir más plantas. De hecho, hay estudios que dicen que incluso las fotografías de plantas y de paisajes naturales tienen beneficios en nuestra salud”, asegura en una entrevista para un medio internacional. 

Una buena iluminación, tanto natural como artificial, también postula a ser otro de los elementos principales a tener en cuenta. La luz de la mañana aporta energía y da vida a los espacios, por lo que se recomienda subir persianas y abrir cortinas para aprovecharla el máximo tiempo posible. 

Otro de los consejos que recomienda Emily Anthes es abrir ventanas no solo con el objetivo de purificar el aire, si no para reducir el estrés. 

Orden y limpieza

Además de una buena iluminación, decoración y distribución de los espacios, otro elemento clave para que la experiencia en un espacio cerrado sea placentera es, sin duda, el orden. Una estancia ordenada y limpia favorece una actitud positiva, un sentimiento de paz y el buen comportamiento.

En cambio, un entorno con demasiados elementos, desordenado o sucio, promueve el efecto contrario. Apuesta por los estilos minimalistas, que liberan la carga de estrés y generan un efecto mucho más relajante. 

Entendamos el diseño de interiores como una forma de expresarse. El espacio en el que nos desenvolvemos no deja de ser una extensión del pensamiento, por lo que una estancia ordenada y limpia está altamente relacionada con un pensamiento de las mismas características.