Carlos Gutiérrez: “La fotografía nos ayuda a expresarnos, y eso nos hace sentir bien'
Como ocurre con otras disciplinas artísticas, la fotografía nos ayuda a expresarnos, a sacar cosas que tenemos dentro, y eso nos hace sentir bien
Foto de Carlos Gutiérrez
Decía Henri Cartier-Bresson, el célebre fotógrafo francés, que “de todos los medios de expresión, la fotografía es el único que fija el instante preciso. Jugamos con cosas que desaparecen y que, una vez desaparecidas, es imposible revivir”.
Y es en la fijación de estos instantes precisos, donde Carlos Gutiérrez encontró su pasión desde muy pequeño. Nacido en Madrid, es hijo de fotógrafo, lo que hizo que desde muy pequeño estuviera rodeado de cámaras. Pronto, entendió la magia de expresarse a través de la fotografía para convertirla en su pasión. Pero más allá de capturar momentos infinitos, quiso elevarla a otra categoría.
Su proyecto MyView Project de fotografía social desarrollado en Tanzania, un campo de refugiados en Grecia y con chicos con autismo en Madrid, ha reafirmado el poder de la fotografía como herrmamienta de transformación. Dando una cámara desechable a niños que se enfrentaban a ellas por primera vez, le hizo descubrir lo valioso de la fotografía como motor del bienestar y construcción de personalidad e indentidad de las personas.
Para él, el bienestar son lo que ha llamado las 'personas hogar', esas a las que siempre puedes volver. ¿Acaso todos no tenemos una? Hablamos de lo placentero de la fotografía con Carlos Gutiérrez.
¿Cuándo es la primera vez que te recuerdas con una cámara en la mano?
Muchos de mis recuerdos de la infancia incluyen una cámara. Recuerdo que me regalaron una cámara digital cuando tenía unos 10 años y me resultaba algo completamente mágico. Siempre he sido una persona muy creativa por lo que la cámara era una herramienta perfecta para poder expresar mis ideas y creaciones.
¿Cómo surge tu proyecto My View Project? Cuéntanos, ¿en qué consiste?
MyView Project nace en 2017. Había terminado mi carrera de comunicación audiovisual y un master de fotografía y empecé a cuestionarme algunas cosas. La fotografía se había convertido en una terapia en mi vida, a través de ella canalizaba mis emociones y podía conocerme mejor a mi mismo.
Me sentía muy afortunado de haber tenido el privilegio de tener acceso a esta herramienta desde pequeño y pensé en otros niños y niñas del mundo que tuvieran otra situación diferente a la mía y no conocieran la fotografía. Llené una mochila de cámaras desechables y me trasladé a Mlangarini, un pequeño poblado de Tanzania donde estuve un mes. Allí di clases de fotografía y arte a un grupo de niños y niñas de 8 a 10 años y al final les entregué las cámaras desechables para que desarrollaran sus propios proyectos fotográficos.
En ese momento, ¿pensaste que el proyecto pudiera ser lo que finalmente fue?
En absoluto. Nunca imaginé que se materializaría todo eso. Nunca antes había visto imágenes tan llenas de verdad. Me dí cuenta que podía reconocerles a través de sus fotografías y esto despertó en mí mucho más interés por esta herramienta. ¿Cuántas cosas sería capaz de hacer? Más tarde decido realizarlo con niños y niñas que viven en la Cañada Real, el mayor barrio no planificado de Europa, que acarrea más de un año sin electricidad. Las fotos hablan por sí solas y reflejan una realidad muy dura e injusta. La tercera edición del proyecto la realizo en un campo de refugiados en el norte de Grecia, Nea Kavala, con niños y niñas refugiados de Siria, Afganistán, Irak… Por último he desarrollado el proyecto con chicos con asperger en Madrid.
Para ti, ¿qué relación tiene el bienestar con la fotografía? ¿Cómo lo viste plasmado en los niños?
Las imágenes construyen realidades y al fotografiar de alguna manera estamos construyendo la nuestra. Fotografiamos aquellas cosas relevantes de nuestro entorno y nos vamos reconociendo en él. Las cosas que nos gustan, las personas a las que queremos… De alguna forma, a través de la fotografía vamos retratando y dando forma a un mundo en el que nos gustaría estar, nuestro mundo.
Para mi no existe infancia sin juego y la fotografía es jugar. Los niños disfrutan haciendo fotos porque se expresan, interactúan y crean. Cuando realicé el proyecto MyView con niños y niñas de la Cañada Real me di cuenta del impacto que podía tener la fotografía en la vida de unos niños. Al recoger las cámaras sus padres me contaban cómo los niños no habían soltado sus cámaras, incluso las guardaban debajo de su cama mientras dormían. Con este proyecto ellos y ellas eran los protagonistas de su propia historia y podían decidir qué es lo que le querían contar al mundo, y es algo que sin ninguna duda disfrutaron realizando.
¿Qué piensas que puede aportar la fotografía a nivel emocional a una persona?
Cuando realizamos fotografías estamos tomando decisiones, decidimos qué fotografiamos, elegimos el encuadre, el momento. Todas esas decisiones no son casuales sino que parten de lugares de nuestro interior, de nuestro subconsciente. Si a un grupo de personas le dieran la misma cámara y les dijeran que fotografiaran algo, seguramente todas esas imágenes serían distintas. La fotografía expresa nuestra personalidad e imprime nuestra identidad. El proceso de fotografiar está lleno de pequeñas cosas que nos hace sentirnos bien, nos ayuda a reconocernos en nuestro entorno.
¿Crees que cualquiera podría ser capaz de sentirse bien a través de la fotografía?
Por supuesto. Al igual que con cualquier otra disciplina artística, la fotografía nos ayuda a expresarnos, a sacar cosas que tenemos dentro y eso nos hace sentir bien. Es una herramienta canalizadora de emociones. Sin ser plenamente conscientes podemos llegar a muchos lugares de nuestro interior y dejar salir cosas que necesitamos que salgan.
Tu lugar consentido para fotografiar
Algún lugar rodeado de naturaleza en el que las ramas de los árboles van moviéndose con el viento dejando entrar los rayos de sol.
¿Se anima la gente a raíz de ver tus experiencias en redes? ¿Te preguntan cómo iniciarse en esta actividad?
Hace unos meses di una charla TED sobre mi proyecto y terminé haciendo una pregunta al aire que yo me había planteado muchas veces y que es más compleja de responder de lo que parece: Y tú, ¿qué 27 fotos harías con una cámara desechable? Desde entonces varias personas me han contactado diciéndome que se habían hecho la pregunta y habían decidido comprar una cámara desechable y tratar de responderla. Algunas veces hasta me han compartido sus 27 fotografías. Es algo que me emociona mucho porque significa llegar al interior de las personas, a sus emociones.
¿Qué otro tipo de actividad te produce la misma sensación que experimentas con la fotografía?
Viajar. Cuando viajo descubro y me conozco mejor a mi mismo, al igual que me pasa con la fotografía. Por eso siempre que puedo intento unir mis dos pasiones y viajar con mi cámara de fotos. Suelo decir que desde que conocí la fotografía mi vida no ha sido igual, no veo imágenes en movimiento como el resto de las personas sino que en mi mente voy imaginando fotografías, disfruto con como la luz pinta los paisajes o ilumina la cara de una persona.
En Lifeful creemos en un placer hedonista donde cabe la cultura, el arte, las relaciones y el bienestar. ¿Qué es para ti el bienestar?
Para mi el bienestar no es un lugar si no personas. Personas de mi entorno que me hacen sentir bien. Ese espacio en el que entras y sientes una energía cálida, acogedora, te sientes a gusto. El otro día escuché por primera vez el término “personas hogar”, aquellas a las que siempre podemos regresar, ese lugar en el mundo donde no pasa el tiempo y siempre se sentirá como estar en casa, para mi eso es el bienestar: las personas hogar.
La música y la lectura, ¿te acompañan en tus jornadas de fotografía?
He de reconocer que no soy un gran lector, lo fui pero cada vez conecto más con lo audiovisual por lo que disfruto mucho más con una serie o una película. La música siempre me acompaña y como personalmente me define mi inquietud por saber y conocer cosas nuevas me encanta poner el modo explorar e ir conociendo nuevos grupos y canciones.
¿Nos recomendarías un libro y un grupo de música o una canción?
Uno de los últimos libros que he leído ha sido de los que más me han hecho reflexionar: Sapiens. De animales a dioses de Yuval Noah Harari. Explora cómo las grandes corrientes de la historia han modelado nuestra sociedad, los animales y las plantas que nos rodean e incluso nuestras personalidades. Te hace cuestionarte todo aquello en lo que crees. Respecto a la música, últimamente disfruto mucho con las letras de un grupo de rap que se llama Lágrimas de Sangre.
